¿Realmente sabes qué es un vino blanco? ¿Cómo se hace y qué particularidades tiene su elaboración que la hacen tan diferente al resto? En WINERY ON CREATIONS te contamos cómo es este proceso. Una danza meticulosa que implica una serie de etapas que conviene conocer para valorar adecuadamente el resultado que adquirimos al seleccionar un vino blanco.
Qué es un vino blanco
El vino, es una bebida que ha acompañado a la humanidad a lo largo de la historia. Una manifestación del arte de la viticultura y la enología que ha ido desarrollándose a lo largo de los siglos hasta convertirse en toda una ciencia.
Entre las principales expresiones que adquiere el vino se encuentra su variedad blanca. Una elegante y refinada opción que deleita paladares y estimula las conversaciones. Pero, ¿qué distingue al vino blanco de los tintos y rosados? ¿Realmente sabemos qué es y cómo se elabora?
Proceso de realización de un vino blanco
El vino blanco nace de la fermentación alcohólica de la pulpa no coloreada de uvas, cuya piel puede ser tanto blanca como negra. Este proceso es crucial para mantener su característico color amarillento, que puede variar desde tonalidades pajizas hasta tonos dorados, pasando por verdes, y su transparencia cristalina.
La diversidad de vinos blancos que inunda el mercado actual proviene de una amalgama de cepas y de los diferentes métodos de elaboración. Aspectos que, con la relación de azúcar residual, les ofrecen su singularidad.
El vino blanco en la historia
Con una historia que se remonta 2500 años atrás, el vino blanco ha sido testigo del devenir de las civilizaciones y se ha arraigado en todos los rincones del mundo con una tradición vinícola arraigada. Esto es, desde las soleadas colinas europeas hasta los vastos viñedos de América y Oceanía.
Las uvas blancas, cuyo color varía entre el verde y el amarillo, son las protagonistas indiscutibles en la elaboración de este tipo de vino. Las variedades más destacadas en este sentido son: la chardonnay, la sauvignon y la riesling. Todas ellas despliegan una gama de aromas y sabores cautivadores que hacen del vino blanco todo un lujo.
Curiosamente, incluso las uvas tintas, como la célebre pinot noir, pueden ser empleadas para crear vinos blancos. Lo mismo ocurre con el afamado champán, que sigue desafiando las convenciones con su elegancia atemporal.
Tipos de vinos blancos
Dentro de la diversidad de vinos blancos que existen actualmente, el seco es el más prevalente. Y es que sus matices aromáticos y su agradable acidez que danzan en el paladar lo hacen muy atractivo para el amante del vino.
Los vinos dulces, por otro lado, detienen la fermentación antes de que todos los azúcares se conviertan en alcohol, ofreciendo un deleite exquisito para los amantes de lo dulce. Finalmente, hay que destacar a los vinos espumosos. Estos son, en su mayoría, blancos, y se distinguen por su efervescencia encantadora, que eleva cualquier ocasión a la categoría de celebración.
Usos del vino blanco
El vino blanco no solamente es una bebida para deleitar el paladar, sino que también es un compañero culinario versátil que realza una amplia gama de platos. Desde acompañar aperitivos hasta potenciar el sabor de pescados y mariscos, su presencia en la mesa es un signo de refinamiento y buen gusto. En la cocina, su versatilidad se despliega en la preparación de risottos, carnes blancas y una infinidad de recetas que se benefician de su sutil influencia.
Así pues, el proceso de elaboración del vino blanco es una danza meticulosa que implica una serie de etapas, desde el despalillado hasta el envasado final. El estrujado, la fermentación alcohólica y la maduración son solo algunos de los pasos que confieren al vino blanco su carácter único y su complejidad sensorial.