Es frecuente la aparición de nuevos vinos en el mercado. Nuevas creaciones en las que se apuesta por llegar a nuevos públicos (independientemente de dónde se encuentren o la edad que tengan), en el que se emplean técnicas de venta adaptadas a las nuevas tecnologías y donde se incorporan los descubrimientos tecnológicos o científicos que apuestan por la calidad en la producción de nuevos vinos.
Y es que en el mundo del vino, como en cualquier otro sector de la empresa, hay que renovarse porque, de lo contrario, nos veríamos obligados a desaparecer.
Nuevos vinos para nuevos públicos
En la actualidad, los consumidores de vino no tienen un perfil único. Beber vino se ha convertido en un rito que se vincula a eventos muy diferentes y a personas con profesiones, edades y culturas muy dispares. Pensando en estos nuevos consumidores (que algunos entendidos llaman comunidad amante del vino) las bodegas amplían su oferta dando cabida a una amplia variedad de nuevos vinos, con precios muy diferentes y procesos de elaboración claramente distanciados.
En este sentido, los productores tienen como principal objetivo llegar a la gente más joven. Hombres y mujeres que se incorporan al consumo de bebidas y que buscan alternativas a la cerveza o a las bebidas espiritosas. Para ello, además de diseñar campañas con nuevos soportes, se promocionan valores vinculados al vino. Así, en los últimos años, hemos podido comprobar cómo se ha potenciado la denominada “cultura del vino” o cómo se han desarrollado propuestas de turismo alternativo (cultural o gastronómico) vinculados a la historia del vino en las diferentes zonas productoras de España. Valores que hacen que el consumo del vino cobre una nueva dimensión, más cercana a los integrantes más jóvenes de la sociedad. Un valor añadido también está siendo el que exista calidad y distinción en el contenido de la botella y también en el continente. Apostando por botellas con etiquetas sugerentes, artísticas. Botellas especiales en todos los sentidos para acompañarnos en los momentos más importantes.
Nuevos vinos y también nuevas tecnologías
Pensando en la población más joven, pero también en el potencial internacional de los vinos, las bodegas emplean estrategias de venta en las que las nuevas tecnologías tienen un protagonismo inusitado. Así, en la actualidad es impensable que los productores de vino no tengan presencia en Internet (a través de una página web) o en las redes sociales (principalmente Facebook, Instagram y Twitter). Ámbitos en los que la creación de comunidades, de espacios en los que se intercambian opiniones o experiencias en torno al vino, es fundamental. Esta nueva estrategia conlleva una inversión económica ya que no solo se trata de ponerlas en marcha sino que hay que alimentarlas de manera periódica para consolidar el público que hemos conseguido captar.
En este mismo sentido es muy importante la proliferación de publicaciones digitales especializadas en vino. Portales en los que se dan a conocer las novedades de una marca o bodega, donde se analizan sus características, donde se valora la relación entre calidad y precio de cada vino, donde se presta atención a su envoltorio, presentación, etiqueta, packaging, etc. Soportes con los que las entidades productoras deben cuidar su relación para tener opiniones favorables en las redes y una notable presencia en internet.
Nuevas tecnologías en la producción de vinos
La innovación en la producción de vinos es crucial para quienes quieren alcanzar cotas de calidad mayores y ajustarse a las necesidades del mercado o de la normativa legal que les regula.
En este sentido, son muchas las adaptaciones que se pueden realizar en bodegas y empresas relacionadas con la elaboración del vino. Las más conocidas están relacionadas con las técnicas de ingeniería genética que se han aplicado a los cultivos. Un conocimiento que ha permitido, por ejemplo, la utilización de herramientas moleculares y organismos genéticamente modificados que participan en el proceso de fabricación de los vinos. Objetivo preferente de estas modificaciones son las levaduras, aunque también la vid con la finalidad de conseguir cepas más resistentes.
Obviamente, las nuevas tecnologías también han permitido el desarrollo de maquinaria específica que permite una mejor manipulación del producto (desde la uva hasta el vino) consiguiendo que los elementos contaminantes o vinculados al azar sean insignificantes.
Para promocionar la renovación tecnológica en el sector vinícola, la Unión Europea cuenta con el proyecto “Wine tech”, una comunidad de innovación y nuevas tecnologías en viticultura y elaboración de vino que se desarrolla en la zona sur y oeste del viejo continente.