Los tapones de corcho de las botellas de vino no es un elemento decorativo sino una necesidad propia del vino que se encuentra en su interior. Tradicionalmente, estos tapones se han realizado con corcho; aunque en la actualidad esta práctica está en desuso y cada vez son más las botellas que cuentan con tapones confeccionados de otros materiales.
Sin embargo, ¿por qué sucede esto? ¿Son mejores los nuevos materiales o se trata de una práctica movida por intereses económicos? Para salir de dudas, hemos indagado al respecto.
¿Qué funciones desempeña los tapones de corcho en las botellas de vino?
Los tapones de corcho de las botellas de vino se emplean para evitar que el vino que se encuentra en su interior no se oxide. De ahí que sea importante que las botellas de vino se almacenen correctamente en las estanterías de los establecimientos, disponiendo cada una de ellas de manera horizontal y no vertical como por desgracia es frecuente encontrarlas.
Y es que al estar colocadas de manera horizontal el vino mantiene hidratado el corcho que se adhiere a las paredes del cuello de la botella funcionando como una barrera entre el interior y el exterior de la misma.
Si el corcho no permanece hidratado, pierde volumen y deja que el vino entre en contacto con el exterior antes de ser degustado, lo que afecta a sus particularidades y a su calidad.
Por todo ello, los tapones de corcho de los vinos se han considerado siempre los mejores aliados para conservar el vino sin alterar sus particularidades. Un hecho que está cambiando en el mercado con la introducción de nuevos materiales sintéticos.
Como en el caso del corcho, los nuevos tapones también tienen como objetivo proteger el interior de la botella tanto del oxígeno como de las bacterias u hongos que transitan por el aire. Eso sí, en este caso presentan varias ventajas frente al corcho natural: no se rompen, no producen polvo y se pueden reutilizar en otras botellas.
Frente a ellos, los partidarios del tapón de corcho natural, que afirman que estos materiales tienen un comportamiento dudoso con el paso del tiempo. Una razón por la que lo desaconsejan para las botellas que se dejan envejecer durante un largo tiempo (20 ó 40 años por ejemplo).
El principal defensor de los tapones sintéticos en las botellas de vino es el mercado británico, donde se ha impuesto al tapón de corcho natural.
En el caso de España hay que destacar que, aunque ya encontramos muchas bodegas que utilizan tapones de material sintético, en general, se sigue empleando el tapón de corcho tradicional.
El corcho es un material elástico, flexible, que es impermeable a gases y líquidos, que en rara ocasión arde, no suele pudrirse, es adherente y se comprime con facilidad para caber en el cuello de la botella (que suele ser de un diámetro menor al de la pieza de corcho).
En este punto hay que destacar que el grosor de los tapones de corcho está relacionado con el tipo de vino que contendrá la botella y sobre todo con la extensión de su periodo de maduración.
Así, para los vinos jóvenes suele emplearse tapones de corcho de un diámetro pequeño (en torno a los 24-26 milímetros y una longitud de 38 milímetros).
Por su parte, para los vinos que tendrán un período de envejecimiento de 10 años, los tapones que se emplearán tendrán unos 44 milímetros de longitud; y en el caso de los vinos que se someten a procesos de envejecimiento de 20 años, los tapones tienen una longitud de 49 milímetros.
Finalmente, para aquellas botellas que contienen vinos que se van a dejar envejecer durante 20 años o más se emplean tapones de corcho de 54 milímetros.
¿Entonces qué tapón es el más adecuado?
En definitiva, creemos que la razón principal de sustituir el tapón de corcho por el sintético son los bajos costes del material plástico frente al de corcho natural. Los expertos calculan unas tres veces menor coste para los tapones sintéticos.
También se habían alzado voces ecologistas en contra del tapón tradicional por el gran impacto ambiental que genera, pues se destinan más de 2 millones de hectáreas de suelo a este fin. Aunque claro, también es conocido el impacto negativo que generan los residuos plásticos en la naturaleza. En fin, para reducir este impacto se debería contar con políticas de reciclaje de residuos efectivas.
Respecto a su papel como protección del vino, el tapón de corcho necesita que la botella se encuentre en posición horizontal para impedir el paso del oxígeno a través de sus poros. Por lo que teniendo en cuenta que prácticamente en ningún comercio se colocan en posición horizontal, estaríamos también inclinándonos hacia el uso de los tapones sintéticos como elemento de protección y conservación más adecuado del vino.
Lo mejor de todo es mantenerse informado para luego poder emitir un juicio. O por lo menos tener nuestra opinión. ¿No creéis?