En Winery On apostamos por vinos de calidad en los que además prime el diseño tanto en su etiqueta como en su forma de presentación ante el consumidor y es que diseño y vino son dos conceptos que van de la mano en esta joven bodega.
Y es que el diseño, se aplique en el ámbito en que se aplique, lo que intenta es mejorar el aspecto de aquello sobre lo que trata para hacerlo más atractivo al consumidor. De esta manera consigue destacar sobre el resto y tiene más posibilidades de que consigamos cerrar una compra.
En el caso del vino, el diseño se encuentra en las etiquetas, en la elección del color del vidrio, la botella y su forma, y en el packaging.
Es decir, en la etiqueta en la que se nos da cuenta del nombre y los datos básicos del vino que contiene cada botella; y en la forma, color y decoración que presenta la caja o el envoltorio en el que se vende. Lo más habitual es lo primero.
En el segundo de los supuestos, este trabajo de diseño sólo se encuentra en aquellas marcas que han prestado atención a todas las partes del proceso de compra. Aquellas que consideran que comprar una botella de vino es mucho más que poner una botella en un carrito de la compra. Una opinión con la que estamos de acuerdo en Winery On y por ello no descuidamos ningún detalle en la presentación de nuestros embalajes.
Diseño y vino: Etiquetas
La etiqueta de una botella de vino es parte fundamental de su aspecto. La forma, los colores, los dibujos, la tipografía, el lugar y la orientación con la que se va a colocar la etiqueta… todo cuenta en lo que se refiere a hacerse con la atención del público aficionado al vino.
Especialmente, de aquellos que entienden que una botella de vino es parte de un acto social y no sólo una adquisición de productos para el consumo.
Para lograr que la etiqueta de una botella de vino sea adecuada al contenido y despierte interés en el consumidor, lo primero que debemos tener claro es qué elementos se deben poner en valor. Es decir, la etiqueta debe reflejar el contenido. No debe utilizarse la misma etiqueta ni el mismo diseño si se trata de un vino joven o de un vino añejo.
Porque el contenido es distinto, está relacionado con características diferentes y eso debe plasmarse en la etiqueta de la botella.
En España este elemento se cuida mucho y de hecho en Winery On tenemos claros ejemplos de etiquetas brillantes en lo que a diseño se refiere. Muestra de ello son los trabajos que visten las botellas de vinos como los de Enfuria (donde se emplea la mirada de un felino y letras metalizadas) o el sugerente juego de espejos en la etiqueta de Morena Mía.
Dentro del concepto de diseño y vino, las cajas y embalajes también van a formar parte de esa imagen del producto, también son clave.
Las botellas se almacenan en cajas que deben plasmar su personalidad. No sólo deben servir para proteger el producto, deben ser elementos que inviten a degustarlo desde ese mismo instante y que sean acorde la imagen de la empresa. Una bodega que cuida la imagen de sus vinos nunca debe descuidar el envoltorio que las recoge pues es la primera presentación en muchas ocasiones. Cuando realizamos compras para casa o para nuestro negocio.
De ahí que podamos encontrar cajas de madera, con envoltorios más o menos originales, de plástico, de materiales alternativos como la fibra de vidrio, etc.
A veces simplemente una buena calidad en el material del envoltorio y una serigrafía clara y bonita acompaña un producto cuya imagen y calidad quedan grabadas en su etiqueta y sabor y ese sería el conjunto de aspectos que quedaría fijado en nuestra memoria. Diseño y vino en estado puro.