El diseño cambia la manera de vender el vino, esto es un hecho comprobado. Botellas de colores, realizadas en materiales diversos, recubiertas de materiales orgánicos o procedentes del reciclaje. Etiquetas de formas angulosas, grandes, pequeñas, con leyendas en relieve o con dibujos de personalidades vinculadas al ámbito del diseño. Cajas de madera, de plástico, vintage, para unidades sueltas o listas para armar adecuándose a la cantidad de botellas que queramos adquirir… Estas son sólo algunas muestras de cómo un buen diseño puede cambiar la manera de vender (o de ver incluso en la tienda o por Internet) el vino.
Y es que el tándem vino-diseño se ha establecido en nuestra realidad haciendo que las ventas se hayan disparado en algunos casos o que se haya estancando en otros. Y es que escoger la imagen con la que presentamos un vino en sociedad es una tarea que requiere estudio, horas de trabajo y un enorme conocimiento de marketing y del sector vinícola.
CÓMO EL DISEÑO CAMBIA LA MANERA DE VENDER EL VINO Y CÓMO UN BUEN DISEÑO INFLUYE EN NUESTRO COMPORTAMIENTO AL ELEGIR UN PRODUCTO.
El diseño cambia la manera de vender el vino. El diseño de una botella o de la etiqueta de un vino son sus cartas de presentación ante el cliente. Es la forma en que indica su contenido y da cuenta del esfuerzo que hay detrás de cada propuesta.
Y es que un buen diseño puede ayudar a vender el vino de la siguiente forma:
- Llama la atención del cliente. Para ello es necesario que la etiqueta, el color de la botella o la forma en la que se presenta en las estanterías sean muy diferentes a las del resto. Esto se logra, en ocasiones, por la presencia de colores o formas poco habituales; en otras, sin embargo, por exceso de austeridad. Dependiendo de la imagen que quiera ofrecer el vino y del target al que se quiere dirigir, se estudian las diferentes posibilidades existentes.
- Mucho más que una botella de vino. Cuando las botellas de vino tienen un elemento que las distingue del resto son susceptibles de entrar en una categoría superior: la del regalo. Y es que cuanto más bonita o especial sea nuestra botella más posibilidades tenemos de hacernos un hueco como presente.
- Provoca la compra. Cuando una etiqueta es divertida, tiene un mensaje o cuenta con un dibujo realizado por alguna figura del diseño, provoca la compra del cliente. Y es que estos elementos generan una reacción de empatía en los clientes que suele terminar en la compra como premio por la elección realizada
- Ayuda a entender qué tipo de vino contiene. Cuando la etiqueta está bien confeccionada y el diseño de la botella guarda relación con la misma, estamos dando información sobre su contenido. Un elemento que ayuda al cliente no relacionado con nuestra marca a entender lo que contiene.
- Una imagen vale más que mil palabras. Si un cliente ha adquirido nuestro vino y le ha gustado, pero no se acuerda del nombre cuando regresa al establecimiento, la imagen del mismo le ayudará a activar la memoria. El diseño es, en este caso, el elemento que nos ayudará a cerrar la venta y a fidelizar al cliente también.
Los especialistas en ventas afirman que este tipo de elementos del diseño aplicado al vino ayudan a la venta a puerta fría, es decir, donde se aborda al cliente sin que este haya mostrado disponibilidad alguna o haya mostrado el más mínimo interés en ello.
En Winery On sabemos cómo un buen diseño puede cambiar la manera de vender el vino por lo que somos muy cuidadosos con la elección de cada uno de los elementos que forma parte de nuestras etiquetas y del packaging en general. Desde la forma o el color de sus botellas hasta los elementos que se integran en sus etiquetas, colores, relieves, en definitiva provocar nuestros sentidos antes y después de abrir la botella.