Vino y salud es un tándem perfecto pues el consumo moderado de vino tiene efectos muy beneficiosos sobre la salud de las personas. Y es que muchos de los componentes del vino son complementos ideales de nuestra nutrición.
Vino y salud: Ventajas de tomar vino
La principal relación entre el vino y salud se encuentra en su contenido en ponifenoles, una sustancia que se encuentra en la piel y las semillas de las uvas.
Los ponifenoles están especialmente indicados para quienes tienen problemas para controlar los niveles de colesterol. Y es que reduce la producción del denominado colesterol malo.
El consumo de vino también es muy efectivo como anticoagulante y antitrombótico, pues previene la creación de coágulos de sangre en el organismo, lo que supone una ventaja para el funcionamiento del sistema circulatorio.
Además, el consumo de vino tinto también ayuda a eliminar los radicales libres que hay en la sangre, lo que supone un excelente seguro de vida.
El vino también es un recurso interesante para combatir la aparición de arteriosclerosis, una enfermedad causada por la degeneración de las arterias, un hecho que evita que se puedan relajar. En este sentido el vino es especialmente interesante por la cantidad de alcohol que contiene, ya que promueve la formación de óxido nítrico, una sustancia que permite la relajación vascular.
Vino y salud: Aplicaciones
Según los estudios realizados por nutricionistas de todo el mundo afirman que el vino y salud están estrechamente relacionado para tratar dolencias como la diabetes, la demencia o la osteoporosis.
También es un aliado para mejorar la salud cardiovascular de las personas, así como para prevenir las enfermedades relacionadas con el sistema circulatorio. En este sentido destaca el efecto del vino en el endotelio, una capa de las células que reducen la fricción de los vasos sanguíneos y los linfáticos.
Además, el consumo de vino es efectivo para disminuir los efectos del tabaco en los vasos sanguíneos; la formación de piedras en los riñones o la aparición del Alzheimer.
El consumo moderado de vino, además, está especialmente indicado para contrarrestar los efectos de las siguientes dolencias:
- Prevenir la demencia.
- Contrarrestar los efectos de la artritis reumática.
- Prevenir gripes y resfriados.
- Prevenir el cáncer de garganta.
- Mejorar el estado de la piel, especialmente en los casos en los que presentan dolencias.
- Ayuda a mejorar la visión (especialmente en los casos de retinopatía diabética).
- Reduce el dolor provocado por las hemorroides o dolencias similares.
- Contrarresta el dolor de cualquier tipo.
- Favorece la asimilación de proteínas por el organismo.
- Evita la aparición del cáncer de próstata.
- Mejora el estado de las varices.
- Equilibra la presión arterial.
Vino y salud: Escoger el apropiado
No todos los vinos están especialmente indicados para conseguir los beneficios señalados por la medicina.
Para poder beneficiarnos de los ponifenoles hay que optar por el consumo de un vaso diario de vino tinto, que es la variedad que contiene esta sustancia en mayor proporción.
El vino blanco no es una opción contemplada para este objetivo. Y es que los vinos blancos se elaboran empleando solo la pulpa de la uva, lo que elimina las posibilidades de que el ponifetol pase a la bebida.
En cualquier caso, no todos los vinos tintos tienen la misma cantidad de ponifenoles, pues dependen de la cantidad de sol que han recibido durante su maduración, los nutrientes que tenga el terreno en el que fueron cultivadas las cepas donde se generaron las uvas empleadas para elaborar los vinos, la concentración alcohólica de cada tipo de vino, etc. Sobre todo se trata de vinos de calidad que se han sometido a un proceso de trabajo cuidadoso.
Además el consumo de vino debe realizarse durante la comida o la cena, es decir, debe estar vinculado a la ingesta de alimentos. Una copa o vaso de vino aislado no tiene todos los efectos beneficiosos anteriormente señalados.
En cualquier caso, estos son aspectos generales entre vino y salud son tenidos en cuenta para un consumo moderado de esta bebida. Ni todo el mundo tolera igual los alimentos o bebidas ni la cantidad de las mismas, así que ante cualquier duda lo mejor es acudir a un especialista.
